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A finales de los años setenta, Rafael Sancho se convirtió en el alcalde más joven del Ecuador al asumir la alcaldía de Puyo con tan solo 29 años. Por otro lado, Jaime Roldós Aguilera se distinguió como el presidente más joven de la historia del país, asumiendo la presidencia a los 38 años.
En 1979, Rafael Sancho emprendió un viaje desde Puyo hasta Quito para asistir a una audiencia con el Presidente de la República. A bordo de un Nissan Patrol de finales de los sesenta, acompañado de su hijo y su esposa, inició uno de los periplos más memorables en la historia de Puyo.
El vehículo que había recibido al asumir la alcaldía estaba en pésimas condiciones. El presupuesto municipal no alcanzaba para repararlo. El Nissan no tenía uno de los vidrios laterales, que estaba cubierto con plástico, lo que permitía el ingreso de agua y viento. Se apagaba constantemente, y a veces requería métodos poco ortodoxos para encenderlo, como golpearlo con una roca. Además, el techo tenía goteras. Sin embargo, llegar a Quito era urgente: gestionar recursos para la ciudad en crecimiento era vital.
Después de surcar el Churosinguna y la cordillera durante más de 10 horas, Rafael Sancho llegó a Quito con poco tiempo para asistir a la audiencia en el Palacio de Carondelet. Aparcó apresuradamente en la Plaza Grande, donde un policía se le acercó para pedirle los papeles del vehículo.
—No tengo mucho tiempo, el Presidente me está esperando —dijo Sancho.
—¿Y quién es usted? —preguntó el policía.
—Soy el alcalde de Puyo —respondió Sancho.
El policía se echó a reír y, en tono sarcástico, preguntó:
—¿Dónde queda eso?
—En el oriente —dijo Sancho.
El gendarme miró el destartalado Nissan y preguntó nuevamente:
—¿Y usted será alcalde?
—Sí, señor —respondió Sancho.
El policía volvió a reírse y, con tono burlón, dijo:
—Alcalde de los monos y las culebras debe ser usted. Adelante, alcalde de las culebras.
Así, Rafael Sancho cruzó la calle García Moreno y entró al palacio. En la audiencia con el presidente Jaime Roldós, ambos entablaron una buena amistad. El presidente cariñosamente lo llamaba "el alcalde guagua". Gracias a esta relación, Sancho logró conseguir importantes recursos que permitieron la ejecución de grandes obras en Puyo, como el Parque 12 de Mayo, la Plaza Roja, el Terminal Terrestre, el edificio Municipal, mercados, complejos deportivos, paseos turísticos y mucho más. Obras que hasta el día de hoy forman parte fundamental de la obra pública de la ciudad.
Es importante recordar que Jaime Roldós Aguilera también impulsó la construcción del Hospital Puyo y visitó la ciudad, demostrando su compromiso con el desarrollo de este rincón de la patria.
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